"Raíces sueltas", de Joaquín Muñoz Calero

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Me excitas hasta el límite cuando te giro lentamente con mis trémulas manos sobre este mármol sin edad; cuando palpo con veneración iniciática tu cintura y acerco mis labios a tu espesa y húmeda melena albina. 
Sé que en este acercamiento tú te alegras, mientras yo hundo en ti mi lengua y se me tiñen los sentidos: unas veces de oscuros pensamientos y otras de alegría luminosa (...).
     Tú socializas a un tiempo la bronca y el abrazo entre ruidos tabernarios y brindis con cristal barato, pues animas unas veces a la lucha, y a la concordia otras, dando sentido pleno a la contradicción.
Sí, definitivamente yo te amo, querida cerveza, por tu poder de convocatoria (...).
Hoy no te apuraré del todo; dejaré un poquito de ti para que luzcas tras el cristal. Será mi ofrenda, el símbolo de mi amor. Hoy me iré robándote un reflejo de tu oro para alumbrar con él mi despedida. (pág. 91-92).



Hola, Joaquín, enhorabuena por tu libro Raíces sueltas, ¿qué te inspira ese título?
     Bueno, de alguna forma el libro trata de la soledad y de la estrategia que emplean algunos ancianos para sobrellevarla. La escritura de relatos con este motivo a cargo de muchas y diferentes personas siempre genera dispersión: cada cual escribe y cuenta sus historias sin más limitación que la impuesta por el estado de ánimo y la creatividad. Son como raíces sueltas que el protagonista de la obra, un joven periodista, se encarga de recoger y formar con ellas un ramito de significados y simbolismos. El conjunto de esos relatos facilitan el entendimiento de gran parte de las cosas que atormentan o conmueven a los ancianos al acercarse al final de sus días.

¿Qué te impulsó a escribir?
     Empecé a escribir desde muy joven, antes de los quince, influenciado por mi padre que escribía teatro y poesía. Eran los típicos escritos del adolescente que se abre a una vida que no entiende y que, zarandeado por el sinfín de estímulos que todos sabemos, necesita mirarse a sí mismo. Yo utilizaba el folio y el bolígrafo. Luego los iba rompiendo al ritmo que me marcaba el cambio de madurez.

¿Dónde aprendiste a componer párrafos literarios?
     Siempre tuve la certeza de que mi sensibilidad y gusto por la ficción no eran bien acompañados por el rigor y el estilo adecuado para escribir con seguridad, así que me apunté a cursos en escuelas conocidas de escritura, en centros culturales del Ayuntamiento de Madrid, en bibliotecas de la Comunidad Autónoma, asistí a clases particulares dirigidas por autores consagrados y formé parte de grupos con intensa actividad literaria.

La tercera edad es un sector plagado de anécdotas y lecciones. ¿Por qué quisiste focalizar tu novela en ese sector?
     Soy sociólogo, entiendo que asistimos a un envejecimiento muy rápido de la sociedad española y a un alargamiento significativo de la esperanza de vida. Los mayores ocupan —y lo harán más aún— un espacio cada vez mayor; y lo harán —ya lo hacen— en unas condiciones físicas y mentales nunca antes vistas. Si se tiene en cuenta que la experiencia —en el sentido de acumulación de referentes— es un factor muy determinante en la literatura —naturalmente no es el único—, es fácil de adivinar mi interés en situar mi libro en ese entorno.

¿Qué escritores te han influido a la hora de escribir tu novela? ¿Entre ellos hay algún escritor de relatos?
     Soy consciente de que nadie escapa a la influencia de otros ni en literatura ni en ningún otro campo que afecte al desarrollo personal, pero he intentado ser yo mismo a la hora de escribir este libro. Quizás sea esa una de las razones por las que mezclo miedo, humor, ironía, mordacidad, ternura, desgarro, poesía y otras manifestaciones que hacen de la contradicción humana un divertimento y una razón por la que vivir. Sí, estoy diciendo con rotundidad que me muevo con soltura entre la contradicción porque soy así. Si el mundo estuviese perfectamente ordenado me moriría de aburrimiento, si antes no lograse bajarme de él en la primera parada.

¿A qué relato guardas más cariño?
     A uno de los relatos, “Tu mano”, le tengo especial apego, ya que se basa en algo real que viví, el resto de ellos son todos producto de mi descontrolada imaginación. No quisiera dar más datos, es fácil de interpretar y sentir.

¿Estás trabajando en un nuevo libro?
     Le estoy dando vueltas a un proyecto de recopilación de relatos y poemas en este mismo año; una vez publicado me plantearé la creación de una novela.

¿Qué libro estás leyendo ahora mismo?, ¿nos podrías recomendar alguno?
     Me gusta explorar de vez en cuando el pasado, sin menoscabo de las buenas cosas que nos ofrece el presente. En esa línea acabo de terminar, con todo el dolor, la novela de Elena Garro: Los recuerdos del porvenir. Se la recomiendo a cualquier gourmet de la buena literatura, si es que no la ha degustado ya. No defraudará.


Muchas gracias, Joaquín. Voy a dejar a mis seguidores el booktrailer para que se queden con una de las raíces de tu libro. También decirles que lo pueden adquirir o informarse en:
     -Comprarlo en Bubok: formato físico y digital.
     -Sinopsis y biografía del autor en el portal literario Melibro.com
     -Comentario del libro en el blog El aventurero de papel. 
     -Podéis leer hasta la página 81 de la novela en Google Libros. 






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